A dos años: se consolida Costa Brava, como un proyecto editorial alternativo


No ha sido fácil, pero el esfuerzo bien ha valido la pena. En estos dos años, la vorágine de los últimos acontecimientos ocurridos tanto en Coyuca de Benítez, como en nuestro estado de Guerrero ha sido narrados puntualmente en las páginas de nuestro impreso como en el portal de noticias diarias y las redes sociales, por la rapidez en que se han desencadenados tantos hechos trascendentales que han marcado la historia de los últimos días.
En este corto lapso hemos sido testigos del peor desastre provocado por las inundaciones que trajeron las tormentas Manuel e Ingrid, que interactuaron y pegaron con fuerza en el estado de Guerrero, castigando aún más a la Costa Grande, y cuyos estragos siguen padeciendo cientos de damnificados, que aún no cuentan con un techo para vivir ante la dilación en la aplicación de los recursos para la reconstrucción; eso, aunado, a la mala calidad con que se entregaron las viviendas y escuelas que han logrado ser levantadas.
La tragedia nos alcanzó y tal parece que la lección no fue bien aprendida del todo, y seguimos con las mismas prácticas que agravaron sus consecuencias. Si bien se levantó un nuevo puente sobre el río Coyuca, se colocó la muralla de tabla estaca de acero para proteger la Cabecera municipal, y se rehabilitaron las carreteras, no hay a estas alturas un programa de reforestación de la sierra madre del sur ni de cambio de uso del fertilizante tradicional que tanto ha afectado las tierras de esta región.
También los daños sufridos por el ecosistema lagunar han sido ignorados; esto a pesar de la importancia que tiene para la regulación del microsistema climático de esta cuenca. No son casualidad las altas temperaturas registradas en estos días, ni las nuevas enfermedades que amenazan la vida humana. Son resultado de la falta de cuidado de nuestro ambiente.
En estos dos años, hemos visto el desbordamiento de la violencia, y la ola de inseguridad que tuvo su colofón, con la matanza en Iguala y la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, caso que marcó un parteaguas en la historia reciente en nuestro país, cuya credibilidad mundial se vino abajo por estos hechos, pero sobre todo porque a casi seis meses no se han esclarecidos los sucesos, y cada día surgen más dudas e interrogantes que certezas.
Esta serie de asesinatos, y ejecuciones que se han disparado en todo el estado, al situarse como el más peligroso del país, en Coyuca tienen como marco la luz del día, y en pleno Centro de nuestra ciudad, pero por igual en zona alta y baja de nuestro municipio que es campo de batalla de la disputa que existe entre bandas del crimen organizado por los territorios, aunque también por venganzas y rencillas que nada tienen que ver con este fenómeno, sin que las autoridades, -en sus tres niveles de gobierno- logren detener la espiral de violencia que amenaza con desbordar a la sociedad ante la falta de la aplicación de la Ley y la impunidad existente.
Es tal la descoordinación que hay entre los responsables de brindar seguridad a los ciudadanos que soldados del Ejército casi a la media noche del martes 4 de noviembre del año pasado en una persecución “por confusión” mataron al comandante de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) de Coyuca de Benítez, Abisadai Hernández Cristóbal, en la carretera federal, cerca de la comunidad de Los Cimientos, ello para ilustrar un ejemplo.
Y para no caer en el olvido la matanza de los adolescentes ocurrida en Zumpango en julio de 2013 sigue sin ser esclarecida por el gobierno, y así infinidad de casos de asesinatos, y secuestros van quedando en el olvido sin resolverse, quedando como parte de una estadística, y de una estrategia gubernamental que más bien parece apostar al olvido, que a combatir la impunidad; ello, más la complicidad entre autoridades y crimen no podrían concebirse hechos como lo ocurrido en Iguala, que ha logrado generar una conciencia colectiva que ha traducido en un movimiento ciudadano sin igual en este país.
En nuestras páginas no hemos hecho eco de los fatídicos acontecimientos que enlutan a diario hogares guerrerense, más bien hemos visto el tema de la violencia desde el análisis, enfocado a las causas que generan esta espiral. Creemos, que el abandono oficial y la falta de políticas públicas encaminadas a brindar atención a los jóvenes de este país, el sector más vulnerable han generado condiciones propicias de las actividades criminales, pues al no poder acceder a una educación de calidad, ni tener fuentes de empleo ni oportunidades, han encontrado en el crimen la opción de acceder a una mejor calidad de vida.
Este clima de descomposición que vive el país amenaza ya su viabilidad, cuyas estadísticas son de terror: más de 22 mil desaparecidos y 150 mil asesinados en los últimos años hacen palidecer nuestra de por sí a nuestra incipiente democracia. En Guerrero, transcurre el proceso electoral bajo una tensa calma derivada del movimiento pro Ayotzinapa que exige la presentación con vida de los normalistas desaparecidos por policías y sicarios de Guerreros Unidos en Iguala, y que amenaza con impedir la realización de las elecciones del domingo 7 de junio.
Ya los candidatos a gobernador recorren el estado para promover el voto de los guerrerenses a su favor; lo hacen en condiciones nada favorables y bajo el asedio del crimen, que controla sendas regiones; los partidos están por elegir a sus abanderados a las presidencias municipales, y en Costa Brava hacemos votos para que se cuide el perfil de los que resulten postulados y sean ciudadanos probos, honestos y con calidad moral para evitar que hechos como los de Iguala se repitan nunca más.
De nuestra parte, ha dos años y con el respaldo de los ciudadanos de esta región hemos podido consolidar un proyecto periodístico cercano a la gente, que ha sido la voz de los sin voz; generando un producto informativo de calidad, y al alcance de la gente; apostamos a construir una sociedad de lectores y de ciudadanos libres; que abre sus espacios a la pluralidad y al pensamiento. Hacemos el compromiso de seguir siendo un espacio objetivo, imparcial, y de apertura a la discusión y al debate de los proyectos que estarán compitiendo en la actual coyuntura electoral por ganar el voto ciudadanos, esperamos pues, tener candidatos y campañas de altura, pero sobre todo ciudadanos capaces de decidir un mejor futuro para su estado, y para sus municipios.