Termina una historia y comienza a edificarse otra

PROFR. JESUS CATALAN GUTIERREZ
“Atendiendo al llamado que hiciera el C. Presidente de la República
LIC. MIGUEL ALEMAN V. a la iniciativa privada, me he permitido edificar este plantel educativo para el servicio de mi pueblo, cuyo costo íntegro erogué sin escatimación alguna y me honro en entregarlo al gobierno federal para su administración. No tuve oportunidad en mi niñez de acudir a ninguna escuela por la difícil situación en que viví y deseo que en las futuras generaciones de mi patria no existan analfabetas.”
CANDELARIO RIOS CAMPOS
Espinalillo, Coyuca de Benítez, Guerrero a 1° de mayo de 1951.
Al leer las palabras que enmarcan una placa que captura el mensaje y el sentimiento altruista y de superación del que fuera benefactor de esta sociedad del Espinalillo, y observar en fotografías antiguas la imponente construcción, es de maravillarse ante lo importante que fue para Don Cande, la educación en su pueblo.
Una edificación que según los señores de más tiempo, data desde 1950 aproximadamente y que albergó en su seno una gran cantidad de generaciones, de niños que transitaron por esas aulas y que enarbolan en el corazón de todos, un sentimiento de pertenencia por todo lo que representa en la superación del pueblo.
Inaugurada el 1° de mayo de 1951 y con un costo de $150,000.00, la escuela del pueblo se encargó de recibir alumnos de gran parte del municipio de Coyuca de Benítez, la escuela se convierte en la segunda obra de trascendencia en la organización de Don Cande, (después del jardín y antes que la iglesia) en un espacio que perteneció originalmente a la Sra. Gabina Campos y que en un acuerdo no conocido intercambió su terreno para que fuese construida una escuela de organización completa, pues solo había hasta tercer año y había que trasladarse a Chilapa para terminar la primaria en el internado de aquel lugar.
Una escuela que fue construida con el esfuerzo de la sociedad organizada. Entre los datos recabados se comenta que existieron aulas con los nombres de los donadores principales, como se estilaba en aquellos tiempos y como forma de reconocer la aportación hecha en bien de la educación, entre los que destacaron la familia Ríos.
Sin embargo el primer día del último mes del 2014, los nuevos proyectos cerraron una historia de esperanzas, de alegrías vividas en esos espacios y que empezaron a caer, en cada pedazo de pared, en cada varilla oxidada, un poco de cada uno de los que tuvieron la fortuna de educarse ahí, en el corazón del pueblo, nuestra “escuela vieja” y dejarnos ver lo deteriorado que puede estar un coloso al sufrir los estragos del tiempo.
Un espacio que inició dando educación a la escuela primaria que hoy lleva orgullosamente su nombre “CANDELARIO RIOS CAMPOS”, posteriormente a la secundaria particular “Benito Juárez” para después dar servicio en algunos de sus espacios para el Registro Civil, un costurero público, una Biblioteca, un auditorio denominado “Hermanos Chinos”, la supervisión escolar 069 de Educ. Prim. y algunas aulas como bodega para almacenar materiales, así como una duela de básquet bol profesional entre otros.
En este diciembre termina una historia y comienza a edificarse otra, una que esperamos sea de beneficio a la sociedad y cuya proyección sea trabajando el presente para fortalecer el futuro en bien de la niñez y la juventud de todos los Barrios.