De encuentros, cumpleaños y desmemoria
Zapata 21
I
El Encuentro Internacional de Izquierda Democrática sirvió para arrancar la sucesión a la gubernatura, como catarsis autocomplaciente de lo que ha hecho últimamente el PRD y como una oportunidad de escuchar en un solo evento discursos, posturas y reclamos de un nivel inusual en la izquierda realmente existente.
Partió plaza el presidente acapulqueño Luís Walton Aburto, que ofreció un discurso de bienvenida muy sencillo y cuya brevedad es agradecible. “Hablaré poco, como dijo el que me antecedió en el uso de la palabra’ – dijo, y arrancó la primera carcajada del evento; antes había hablado Jesús Ortega y los asistentes pensábamos que no terminaría de hablar. Comenzó diciendo: solamente quisiera darles la bienvenida (deferencia que según el programa le tocaba hacer a Walton, tal vez de ahí su rasgo de humor fino al tiempo que puntilloso). El presidente municipal pronunció un discurso sencillo y con palabras muy genéricas; habló de las reivindicaciones humanas como tarea principal de ‘las izquierdas’. Antes Jesús Ortega había hablado de muchos temas con el lenguaje propio de la izquierda de este tiempo mexicano. El discurso de Walton fue un vaso de agua fresca frente a un público que se estaba endureciendo por la palabrería partidaria y la monotonía del discurso del Chucho mayor.
II
Habló después el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, quien dijo cuando menos en dos ocasiones ‘nuestro PRD’, reivindicando su adscripción a la izquierda y despejando dudas de algunos que lo ven con posibilidades en otros lados de la cancha. Aprovechó para agradecer ‘al señor gobernador’ los apoyos para una institución que arrancará pronto otras nueve opciones profesionales y que ya ocupa un buen lugar académico entre las universidades mexicanas. ‘Tenemos que platicar con todos’ – dijo, y la militancia que antes había asumido no se diluyó; al contrario, se afirmó porque el público entiende que en una universidad (como diría después Rogelio Ortega) ninguna verdad es eterna, se discute y se investiga.
Así estaba la cosa cuando se incorporó al presídium el gobernador del estado de Morelos Graco Ramírez. Inmediatamente se le cedió el uso de la palabra y dijo que su estado era el municipio más grande de Guerrero. Después él mismo se preguntó por qué estaba en Acapulco y no en Morelos (a lo que alguien, desde la parte de atrás del auditorio gritó: ¡Por rata!). Después siguió preguntando ¿Cómo éramos antes? A lo que él mismo contesto: ‘éramos intolerantes y creíamos en la dictadura del proletariado’. Eso es cierto, pero también eran porros y como FEP-PST tomaron las instalaciones del Edificio Carolino, sede la Universidad Autónoma de Puebla, para intentar revertir los cambios que en aquella universidad se estaban llevando a cabo en 1975. En esa intentona (que fracasó, por cierto) estuvieron Graco, Chucho Ortega y Rafael Aguilar Talamantes. Desde entonces las ratas ya andaban juntas.
III
La intervención más esperada era la de Ángel Aguirre y el gobernador aprovechó ese estado de ánimo y el gran foro que tenía para enviar varios mensajes importantes. Lo austero de su intervención no impidió que lanzara un mensaje de unidad hacia las fuerzas de izquierda, que remataría con la siguiente expresión: ‘no tengo dudas de que el próximo gobernador de Guerrero saldrá de la misma coalición que nos postuló’. La expresión es sencilla pero quiere decir muchas cosas; apunto una: Aguirre Rivero ha comenzado a operar su sucesión y lo hará explícitamente en los márgenes que le permita la ley.
El público todavía no asimilaba ese anuncio (que recibió sin porras, en un silencio que agregaba otra interpretación a la frase; ‘quietos todos’, quiso decir el gobernador a granizos que se calientan y coleros que quieren arrancar) cuando vino un anuncio inesperado (‘si no se espera, nunca se da con lo inesperado’ decía el abuelo Heráclito). ‘La próxima semana enviaré al congreso el proyecto de ley sobre despenalización del aborto’, dijo el gobernador y arrancó una ovación y aplausos que se prolongaron durante un minuto.
Hasta ayer se daba como un hecho que el Ejecutivo enviaría el proyecto de ley, pero que lo haría a través de la secretaría correspondiente (la De la Mujer, para que si hubiera debate intenso, intentos de linchamiento o incluso reversa, fuera su titular Rosario Herrera la que cargara con los costos del fracaso). Al lanzar la iniciativa en un foro de esas dimensiones y asumir sus costos sin cargos de conciencia, Ángel Aguirre envía un mensaje más en la asunción plena de los postulados de izquierda. ‘Seremos la primera entidad que lo hace; la tiene el Distrito Federal, pero no es entidad’ – dijo, en uno de sus afortunados lances humorísticos. Para remarcar la intencionalidad de su discurso les pidió a los diputados locales ‘que no se achicopalen, que no les vaya a salir lo religioso’. Varios voltearon a ver al diputado Víctor Salinas, que iba llegando de camisa azul, como Graco y como Lázaro Mazón, que tenía un semblante triste cuando el gobernador completó la frase. Él también necesita no achicopalarse; la secretaría de Salud será la que deba disponer las primeras medidas preventivas para evitar muertes maternas por abortos mal realizados; es sabido que una convicción religiosa (que debe respetarse) ha mantenido al secretario de salud alejado del tema.
La frase sirvió para distender el ambiente y Aguirre siguió con su ya proverbial histrionismo: ‘qué bueno que Graco acepte que Morelos es el municipio más grande de Guerrero, lo único que no me gusta es que traiga puesta una camisa azul’. Cuando el gobernador se alejó de la tribuna todo el mundo pensaba que antes de iniciar formalmente el programa había valido la pena; en el área de prensa (donde estaba el de la pluma en ese momento) se comenzaron a hacer llamadas y los reporteros comenzaban a disputar la primicia en sus redacciones.
Contra su costumbre, esta vez Aguirre pronunció un discurso breve pero cuyo tamaño no le resta importancia. También fue austero en la temática; sabía que al otro día era el cumpleaños veinticinco del PRD y nada dijo al respecto. Guardó distancia como previendo que alguien sacara cuentas si lo celebraba.
IV
El doctor Agustín Basave realizó una magistral exposición en la cual reivindicó el pensamiento del político alemán Eduard Berstein, tildado en su tiempo de revisionista (cuando el término tenía una connotación peyorativa) pero que en realidad fue uno de los estudiosos más exhaustivos del marxismo. Basave hizo suyo el legado del teutón y ejemplificó diciendo que la revolución socialista no es inevitable y las clases y estamentos en que estas se dividen han cambiado desde la época de Carlos Marx. Citó muy precisamente ‘El 18 de Brumario de Luis Bonaparte’ para extraer una larga frase donde el propio Marx reconoce la forma ‘impura’ en que se resuelve la política en la vida real, entre clases que han mellado el filo revolucionario de sus teorías y otras que han afilado el perfil de sus resistencias. Terminó haciendo eco de lo que ya es un lugar común en la jerga de cierta izquierda: ‘los cambios se darán sepultando con un alud de votos a la derecha y no con los altísimos decibeles que alcance en las calles la protesta social’.
La de Basave fue una exposición impecable desde el punto de vista académico y político. Con una voz eufónica y con pocos matices sentimentales hiló frases de una verdad inobjetable y razonamientos que a su vez invitan a la reflexión: ‘no conozco a ningún derechista que esté dispuesto a inmolarse por el libre mercado, pero conozco a más de uno de izquierda que sí está dispuesto a hacerlo en función de un martirologio que poco tiene que ver con la realidad’.
V
Vino después el tiempo de l@s maestr@s de ceremonia y de la discusión de destacados panelistas. Beatriz Mojica Murga coordinó bien la conferencia de Basave que hemos comentado; al cederle el micrófono se apoltronó cómodamente en un sillón que al principio le quedaba grande, pero que se fue achicando cuando Beatriz cruzó la pierna y extendió por encima su mano derecha mientras en la izquierda sujetaba unos papeles. ‘Posición de Cleopatra’, le dicen los que saben a ese estilo de recostarse; no es el propio de una conferencia pero la secretaria se veía inmensa, con el color amarillo de su traje invitando a la visita de cortesía, con su desgarbada actitud despertando la libido del público masculino, que distribuía su atención entre la eufonía académica del disertante y la inquietante actitud de entrega de la secretaria.
El senador Armando Ríos Píter coordinó la mesa de discusión donde fueron ponentes el doctor Rogelio Ortega, el chileno Enrique Ominami y el jalisciense López Bassols. Dos opiniones coincidentes y de gran trascendencia las de Ortega y Ominami, que disertaron sobre la pertinencia de que la izquierda se asuma cabalmente como democrática, que se desvincule de la palabrería violenta y que intente cautivar a los amplios sectores de la sociedad que en un principio la rechazan. Ominami y Ortega comparten una tradición de solidaridad de la que hablaron en el acto y que motivó uno de los pocos momentos de camaradería que tuvo el encuentro. Rechazaron también la dictadura del proletariado como recurso y coincidieron en buscar un equilibrio económico entre Estado y mercado. ‘No se debe llamar traidores a los que discrepan de nuestros planteamientos’ – habría dicho alguno de ellos.
Poco duró el gusto de la armoniosa convivencia. Desde que tomó el micrófono el embajador López Bassols reclamó su pertenencia a una familia de revolucionarios (en efecto, es nieto de Narciso Bassols, el secretario de educación de Lázaro Cárdenas y sobrino de Ángel Bassols Batallla, que tantas y por las mejores causas libró en las trincheras de la izquierda). Después hilvanó un discurso donde hablaba del reciente proceso electoral salvadoreño, de los Acuerdos de Chapultepec (de los que con justicia se reclamó coautor) y de la reunión reciente del presidente Peña Nieto con los obispos mexicanos. Desde una posición jacobina criticó todo lo criticable y para finalizar llamó traidor al ex líder guerrillero Fermán Cienfuegos, que terminó como asesor de seguridad de Ernesto Zedillo.
El moderador Ríos Píter, que había tenido prolongadas e innecesarias acotaciones a lo que dijeron Ortega y Ominami, terminó enredándose después de la anticlimática intervención del embajador Bassols. Entonces no soportó la tentación de incluir sus propios dichos en la mesa que moderaba y cometió un error: hizo explícita alusión a los festejos de las bodas de plata del PRD. Al escuchar la alusión varios se preguntaron en dónde estaba Ríos Píter cuando ese partido era perseguido. Lo mismo hubiera pasado si Ángel Aguirre hubiera tocado un tema que no ignoraba pero ante el cual ejecutó una elegante verónica.
VI
La mesa siguiente fue moderada por Sebastián de la Rosa, dirigente partidista que desde muy temprano andaba repartiendo puestos de elección. En los pasillos se apresuraba a presentar a Uvali Guerrero, militante perredista de Tulimán, en el municipio de Huitzuco, que tiene mala fama pública por recibir cuantiosos apoyos económicos para las mujeres de ese poblado; recursos con los cuales se queda la mayoría de las veces. ‘Te presento a nuestra diputada por el distrito 21’, le decía a todo el que lo quisiera oír. Con ese ejemplo basta para darse cuenta de qué democracia hablan algunos en la izquierda; la elección está todavía lejos pero al parecer ya está todo repartido.
El estilo acartonado de Sebastián de la Rosa y su mal gusto para ‘animar’ un evento cuyo público no requería ningún estímulo, hizo que se perdiera interés en las disertaciones. En alguna parte de sus esfuerzos histriónicos, don Sebastián dijo a los dirigentes nacionales que se aguantaran, que después habría otras cosas aparte de tomar el sol. Dichas por alguien de voz cálida o sonriente, tal vez aquellas palabras pudieran provocar la alegría del público; pero Sebastián de la Rosa se obstina en parecerse a Jesús Ortega hasta en el tono de voz y las pausas que tiene en sus frases, prolongando el sonido de alguna vocal.
La doctora Rosa Isela Ojeda pronunció planteamientos con una fraseología que no tiene desperdicio. Estaba en lo suyo, el discurso por un mundo sin exclusiones y con equidad en todos los sentidos. Lamentablemente el moderador se había encargado de meter un poco de relajo que tampoco permitió apreciar en toda su valía la sorprendente disertación de Aram Barra, que propuso una incisiva reflexión en torno al tema de las drogas, resumiendo que los polos entre el prohibicionismo y la legalización deberían ayudar a construir una visión de izquierda sobre el tema. Patricia Mercado habló después pero, como la mayoría del público, no puse mucha atención porque el ambiente ya estaba cayendo en la frivolidad, con políticos de izquierda haciendo grilla barata y con aspirantes a algo que buscaban a los líderes nacionales para tomarse fotos con ellos y presumirlas en las redes sociales.
VII
La izquierda a veces parece intentar debatir con un ausente. El desprestigio que padece no se debe a que reivindique o no la dictadura proletaria o la vigencia del marxismo; se debe a los frecuentes actos de corrupción, nepotismo y relajo que impera en sus filas. ‘Los partidos ecologistas han perdido fuerza porque la izquierda asumió al ecologismo’, dijo alguien en el evento. Quién sabe en qué país ocurra eso, en Guerrero los presidentes municipales perredistas son los que más están protestando porque les disminuyeron las partidas del Ramo 33 para comprar fertilizantes químicos; es decir, para que no sigan envenenando la tierra y engordando la billetera de Rubén Figueroa. Como en ese, en muchos otros temas los legisladores y gobernantes perredistas no hacen la diferencia; se han contaminado a tal grado que es vox populi los vínculos que mantienen dirigentes y algunos funcionarios con fuerzas inconfesables. Eso es lo que está en la base del desprestigio de la izquierda, no una falta de preparación intelectual o la reivindicación de sus antiguas doctrinas.
Y si de ausencias se trata, hay que recordar al gran ausente en este encuentro de la izquierda democrática. Hagamos un poco de memoria. En el año de 1989 una manifestación perredista que se dirigía al aeropuerto internacional de Acapulco fue brutalmente reprimida en las inmediaciones del Hotel Princess. Decenas de ciudadanos guerrerenses ingresaron a los terrenos del hotel saltando sus inmensas bardas o corriendo por la playa. Uno de los últimos que brincó fue su dirigente el doctor Rosalío Wences Reza, que una vez estando dentro de las instalaciones se comunicó (utilizando el fluido inglés que había aprendido en Iowa) con el gerente del hotel. Quiso el destino que el académico y dirigente partidario encontrara como interlocutor a un hombre noble y solidario que le garantizó que no permitiría ningún desalojo de los ciudadanos (que yacían en el piso, recostados o sentados, con heridas que sangraban profusamente).
Hoy la izquierda estuvo de fiesta, se alejó de la ciudad y llegó a uno de los hoteles de gran turismo a celebrar sus bodas de plata. Nadie entre los asistentes recordó a sus compañeros que hace un cuarto de siglo mancharon con su sangre las bellas baldosas donde ahora suenan los pasos frívolos de una clase política que se habituó a los fuegos fatuos del poder y la desmemoria.
CORREO CHUAN
El correo chuan regresa con buenas noticias: el gobernador al fin enviará la iniciativa de ley que puede disminuir el gran número de muertes maternas que hay en el estado de Guerrero. Dice también el chuan que está bien que la izquierda discuta con buen nivel y analice una realidad cada vez más compleja, donde cada día se descubren demandas específicas de sectores que al incorporarse a las libertades democráticas amplían el horizonte humanitario de toda propuesta social. También dice que la izquierda debe buscar las causas de su deterioro en su propio quehacer, no en la vigencia u obsolescencia de sus doctrinas fundadoras. Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.
E-mail: correochuan@hotmail.com