Cuando todos los críticos y adversarios políticos al gobierno de Andrés Manuel esperaban que todo le saliera mal en el viaje realizado a Estados Unidos y en la reunión con el Presidente Donald Trump, se quedaron esperando, podría decirse que ya tenían las columnas hechas y las noticias en primeras planas de algunos medios para exaltar o exhibir un posible desdén del mandatario estadounidense hacia el mandatario mexicano.
Se quedaron con las ganas, no hubo tal afrenta, no hubo tal sumisión, no existió la mínima descortesía del gobierno estadounidense, al contrario, todo fue un acto republicano, de respeto, cortesía política y de elogios mutuos.
Las plumas periodísticas en contra callaron, no hubo tema para reprocharle al ejecutivo mexicano, al contrario, medios independientes y extranjeros reconocieron el temple del presidente de México y los discursos de cooperación y colaboración entre ambos países
No hubo pleito, ni un mínimo desacuerdo, al contrario, todo fue casi perfecto para Andrés Manuel, no le pudo ir mejor en su primera visita al extranjero, mantuvo a raya a sus adversarios y su popularidad vino a fortalecerse y también a fortalecer la confianza de los empresarios e inversionistas mexicanos y extranjeros.
Quién pensó que el presidente se achicaría con la presencia del Donald Trump no se imaginaron el discurso que pronunciaría, lleno de patriotismo y de orgullo por México. Esperemos que ahora el presidente pueda canalizar esa buena imagen que transmitió en su visita a Estados Unidos. Por lo pronto no hubo pleito, fallaron los pronósticos.