¿Es necesario un sistema para proteger a las personas defensoras de Derechos Humanos y a quienes ejercemos el periodismo?


Por Karla Galarce
Iniciativa
¿Es necesario un sistema para proteger a las personas defensoras de Derechos Humanos y a quienes ejercemos el periodismo?
De momento, sí, pues las condiciones en las que desarrollamos actividades para informar a la población nos vulneran aún a pesar de que Palacio Nacional o las oficinas de gobierno digan lo contrario.
Es necesario que existan garantías para que los ciudadanos en general gocen del pleno disfrute de sus derechos, entre ellos la libertad de expresión, la libre asociación y hasta la libre empresa, la libre decisión de ocupar la calle, hombres y mujeres, cosa que no existe en México…no es que los periodistas requieran de un trato específico o un órgano que vigile sus derechos, se necesita que todos los ciudadanos de México puedan hacer uso de su libre derecho sin ser molestados, hostigados o teman ser extorsionados por poderes de facto.
Se requiere pues que las autoridades hagan valer simple y llanamente el Estado de derecho, sin inventar nuevas leyes, si acaso mejorar algún marco normativo.
Pensaba en que «por lo mientras», que se ha tomado como un pretexto para que el Estado, en efecto, siga siendo omiso.
Considero necesario en contribuir a solventar necesidades del gremio periodístico y de quienes defienden los Derechos Humanos.
Uno es promover la formalización de empresas periodísticas que ofrezcan salarios decorosos, para que no manden a sus reporteros con una charola a pedir dinero, que otorguen seguridad social, vivienda digna, y prestaciones laborales a la cuales todos los trabajadores tenemos derecho por ley en este país.
Otro aspecto es que todos y todas seamos vigilantes de que estas prestaciones se cumplan y que con el silencio sean cómplices de estas violaciones a los Derechos Humanos, a los derechos laborales y por consiguiente, seamos víctimas de abusos.
Quienes somos empleados de una empresa es porque asumimos las condiciones laborales que nos ofrecieron. Sin embargo, cuando hay desacuerdos con ellas, es muy sencillo salir de esas empresas y elegir otras opciones porque las hay. Aunque es diferente la alta competitividad a la que nos enfrentamos hoy en día en el mercado laboral, al igual que todas las profesiones.
Ahora bien, coincido con quienes expresan que desde el púlpito presidencial se promueve un discurso vejatorio hacia el gremio periodístico, pues si bien se ha dicho que «no a todos alcanza tal menosprecio», si nos toca a todos como gremio.
La desaparición de empresas periodísticas y el cobijo gubernamental a los medios «independientes que se convierten luego en voceros de la oficialidad», ha generado una mayor dificulta de conseguir convenios publicitarios decorosos.
Es absolutamente necesaria la capacitación, la actualización y hasta los cursos de conocimientos básicos generales, pues la nobleza de este oficio, ha dado cabida a personajes que han tenido la habilidad de asumirse como periodistas sin serlo y de sorprender a cualquier incauto que ocupa un cargo público para exigirle, en el menor de los casos, dinero.
Ahora bien, estamos ante una estructura centralista, una figura presidencial y gubernamental en la que estamos acostumbrados a rendir culto, pero no de ahora, sino desde antes de la colonia.
Es nuestra obligación contribuir desde nuestro trabajo, a formar personas capaces de liberarse de ataduras intelectuales y promover la verdadera libertad de pensamiento, pero a partir de una formación con principios éticos (tarea que a nosotros nos corresponde), una formación con valores y amor por la humanidad y el medio ambiente.
Veo con mayor necesidad el fortalecimiento del gremio periodístico desde dentro y no a partir de la institucionalidad, que no sea a través de los partidos políticos como en este caso, o del gobierno.
Y para cerrar mi participación, quiero dejar este otro tema que requiere urgente atención:
Si bien la estadística en la cual está justificada la iniciativa en un gremio, hace falta hacerlo con perspectiva de género, pues nosotras las mujeres seguimos siendo las mayormente vulneradas, ya no solo desde lo familiar, sino desde la vida pública y además, como defensoras de derechos humanos y ejerciendo periodismo.
En contraste, como lo he dicho en cada oportunidad, somos quienes desempeñamos la mayor cantidad de tareas en campo, en la calle pero sólo una mujer es jefa de información en un medio impreso de Guerrero, pues ya no hay directoras y son escasas las dueñas de empresas periodísticas o que dirigen medios de comunicación.
Es absolutamente necesario hablar CON PERSPECTIVA DE GÉNERO.
Muchas gracias.
* Texto leído en el Foro Nacional de Periodistas: Como ser periodista sin morir en el intento, Los derechos humanos y la libertad de prensa organizado por el PRD este sábado en Acapulco.