Desaparece familia en Chilapa y activistas denuncian y culpan al grupo criminal Los Ardillos
Por José Miguel Sánchez
El lunes 27 de febrero fue asesinada en Chilapa Beneranda Hernández Rendón, de 70 años, y su nieto, Eduardo Jaimes García, de 18 años, en un hecho poco claro que no lo documentó la prensa local por la censura que existe en la región.
La denuncia pública de los hechos la hizo el representante del Colectivo Siempre Vivos, Salvador Díaz Navarro, durante la manifestación para exigir al Congreso local la aprobación de la Ley en Materia de Desaparición de Personas y Desaparición Forzada.
Ante el asesinato de Beneranda, el miércoles primero de marzo acudió a Chilapa Irma Jaimes Hernández, hija de Bemeranda, quien vive en Chilpancingo, «a encargarse de todos los preparativos del sepelio», contó Díaz Navarro.
El jueves 2 de marzo, Irma, junto con su hermano Raúl Jaimes Hernández, de 48 años y su hijo, Raúl Jaimes García, de 24 años, fueron subidos a una camioneta por civiles armados en las calles de Chilapa y se los llevaron con rumbo desconocido.Díaz Navarro no quiso dar detalles debido a que él, como representante de un colectivo de personas desaparecidas, interpondrá la denuncia formal por desaparición ante la Fiscalía General del Estado.
Hasta el momento se desconoce del paradero de los tres integrantes de la familia y se teme que sean hallados sin vida.La violencia que vive Chilapa fue catalogada por Díaz Navarro como Una “tragedia silenciosa” ya que aseguró que las personas no denuncian crímenes ni desapariciones por temor al crimen organizado.
Díaz Navarro aseguró que este hecho de violencia cometido contra toda una familia fue realizado por el grupo criminal denominado Los Ardillos.»Los responsables son Los Ardillos, los hermanos Ortega Jiménez, Celso e Iván, quienes son los perros asesinos que siguen desapareciendo a las personas con total impunidad y quieren controlar nuestras vidas», aseguró Díaz Navarro.
El tercer hermano es Bernardo Ortega Jiménez, actual diputado local por el distrito, que abarca los municipios de Chilapa de Álvarez, Mochitlán, Quechultenango, Mártir de Cuilapan y Bernardo Ortega Jiménez ha declarado públicamente que él no tiene nada que ver con las actividades ilicitas de sus hermanos, quienes si tienen fichas activas ante la Fiscalía General de la República (FGR) por ser integrantes de Los Ardillos.
Díaz Navarro agregó que el móvil de los asesinatos y la desaparición de las familias se debe a una táctica que emplean Los Ardillos para despojar de tierras a las familias de la zona.
«El móvil de este crimen y desaparición de estás personas es porque quieren despojar a ellos de sus propiedades, tal como lo hizo el padre (de Celso, Iván y Bernardo) que acuñó la frase o me vendes tu terreno o se lo compró a tu viuda», dijo Díaz Navarro.
Los Ardillos, de acuerdo con Díaz Navarro, mantiene sometido y controla la vida, el comercio, transporte y las vidas de las ciudadanía de Chilapa, «por eso es que las familias ya no denuncian lo que sucede», aseguró.
