Abisaí Benítez presenta su opera prima «Llueve en junio» con reflexiones sobre desaparecidos y femicidios; las despedidas


Por Jorge Nava
Llueve en junio, opera prima de Abisaí Benítez Galeana (junio 1994), ha llegado a manos de lectoras y lectores la tarde calurosa del viernes 6 de este mes en el auditorio al aire libre del Centro Cultural Acapulco en una atmosfera que se construyó con profundas reflexiones dolorosas, como el ensayo de la fallecida y extraordinaria filosofa, ensayista y novelista Susan Sontag y su Ante el dolor de los demás.
Pero por qué hacemos esta símil, como el propio Abisaí lo contó a un centenar de asistentes que le acompañaron en su presentación: “Yo creo que todos los que estamos aquí tenemos una experiencia con alguna desaparecida, con algún desaparecido, con algún feminicidio, o con alguna persona que se nos ha ido de las manos, se nos ha ido de la vida”.
Como lo compartió a Costa Brava el pasado marzo el autor de 27 años, Llueve en junio va de las experiencias de seres amados que despedimos en partidas de manera natural, por la violencia o la inseguridad y que dejaron un hueco de nostalgia.
El autor, quien estudia la maestría en Docencia en el Centro de Actualización del Magisterio en el puerto de Acapulco, pero además es un joven preocupado y ocupado pues forma parte de distintos foros ciudadanos y comunitarios en favor del medio ambiente, emprendimiento y para la construcción de la paz, recordó que Llueve en junio de eso trata, están las despedidas naturales, y donde “todos tenemos un ser amado a quien le hemos dicho adiós, aunque lo tengamos muy presente”.
“Puede ser un padre, puede ser una esposa, un esposo y que es, aunque haya partido a otra dimensión, están presentes en nosotros”
“También están las despedidas inconclusas, el cual México tiene unas cicatrices enormes desde 1963 hasta 2020 México lleva en el registro de desaparecidos 93 mil personas que no se han encontrado”
“Solamente en el año 2018 fueron 23 mil desaparecidos y el año 2021 fue el año más peligroso para ser mujer en México”
“Hay muchas desaparecidas, hay muchos desaparecidos. Hay madres que no les han dicho adiós a sus hijos, hay padres que no le han dicho adiós a su esposa, a sus hijas y que todavía van cargando esa despedida inconclusa, esa despedida insomne como las madres que se asoman por ventanas desgastadas para ver si llega aquella hija que vieron partir al trabajo, que vieron partir para la tienda, para la escuela”.

“Y están las despedidas de personas que siguen aquí, verdad, esta especie de desamor de aquellas personas que te han lacerado el corazón, que te han lastimado el corazón y que merecen todo nuestro amor y nuestro cariño, pero también nuestra despedida. Yo creo que a todos nos duele”
“La lluvia representa si bien un nuevo ciclo, representa una purificación, un reverdecer, una nueva etapa, pero también representa, no sé, a mí me pasa, la lluvia me evoca mucha nostalgia, me evoca mucha ausencia, me evoca mucha añoranza”
“Y yo sé que a todos los que estamos aquí nos ha llovido sobre mojado y también a veces hay que salir a la lluvia, quitarse los zapatos, sonreír y dejar que la lluvia frene, porque al final de cuentas así es como podemos ser resilientes”
“Y Acapulco, como dicen mis amigos y amigas del Frente Cívico (organización política), yo creo que Acapulco bien vale el esfuerzo”
“En que podamos seguir trabajando desde la literatura, por una ciudad que rompe, por una ciudad de…es una ciudad sanada, es una ciudad que despierta, el amor a las letras, el amor al conocimiento, rompen todo sesgo de información, rompen toda desinformación y nos hace ser un país, una ciudad, mucho, mucho, mucho más libre”
“Y yo creo que Llueve en junio es como dijo Arturo (Villanueva), me pueden leer, quiere saber un poquito cómo pienso, qué siento, qué he pensado, qué he soñado, pues creo que solo soy ese ciudadano más en esta ciudad que cada día crece más, quizá como una Bugambilia, desordenada, crece por todos lados, pero al final de cuentas cada día somos más, aprovechar el tiempo que teníamos porque como rezamos por ahí en el libro, por muchos años que vivamos siempre van a ser pocos”.
“Así que, si en nuestro esfuerzo está, en nuestro tiempo está, aportar algo a nuestra familia, a quienes nos rodean y sobre todo a Acapulco, Acapulco que es una ciudad que tanto ha sufrido y que tanto ha sido lastimado”
“Yo creo que todos los que estamos aquí tenemos una experiencia con alguna desaparecida, con algún desaparecido, con algún feminicidio, o con alguna persona que se nos ha ido de las manos, se nos ha ido de la vida”
El autor aprovechó para señala que Llueve en junio, quien guste disfrutar de la versión digital la pueden encontrar en Gandhi, en Casa del Libro Latinoamérica, en el Sótano, en Amazón, Bookmate, en Google Play Libros y en versión física.
Pero aprovechó también para manifestar que los espacios para el arte y la cultura necesitan ser reaperturados como ocurrió con él para presentar su obra.
“Tiene que seguir de puertas abiertas porque una ciudad que abre las puertas al arte, a las letras, a los jóvenes para que nos enfoquemos a la construcción de la paz, prevención del delito, Acapulco va a salir de esto; el camino es largo, pero si empezamos hoy, podremos concluir mañana”, invitó al respetable a sumarse a su propuesta.
Comentarios
Los comentarios corrieron a cargo del promotor cultural Arturo Villanueva, así como del activista social Luis Miguel Castrejón.
Para Villanueva la lectura de Llueve en junio “es amena, no tardé, cuando mucho y a mí ritmo de lectura, 30 a 35 minutos en devorar este bonito ejemplar, además muy bien diseñado y en donde, pude apreciar y disfrutar, justamente a través de los ojos de un joven, de una persona muy joven, pude apreciar a través de esa mirada como es que se podía ver este mundo tras la pandemia o durante, o entonces la pandemia”.
“Y cómo también este mundo se entrecruza por la violencia. Y como este mundo nos iban generando locura, desazón, temor, ansiedad, pero también a través de eso que pudiera parecer mucha oscuridad redactado en versos ágiles, cortos, de repente parecían inexplicables, hasta que comprendías el fondo del contenido, pude ver también desde esas líneas brillantes posibilidades de luz para atesorar un espacio mejor para cada uno de nosotros”
En el caso de Luis Miguel Castrejón, para él el libro es bastante ligero, ágil, “yo lo describo como u libro con mucha nostalgia, con una nostalgia contemplativa”.
“Un libro que con una gran profundidad que nos permite cuestionarnos sobre muchas cosas, reflexionar sobre muchas situaciones cotidianas, y en algunas ocasiones nos permiten que nos caigan algunos veintes; es bastante interesante en ese sentido”
«A mí me parece que es un libro que tiene una cierta crudeza, plasmando la situación que vivimos de manera cotidiana, lamentablemente en nuestro Acapulco y yo creo que, en todo el país, con esta misma claridad nos habla de acerca de pérdidas que experimentamos a lo largo de la vida de manera natural, pero que no siempre asumimos como un tema de conversación ¿no? Ha veces hablamos como los planteamientos que se nos hacen desde los medios de comunicación: qué es éxito. O cómo es que queremos ver nuestra vida de manera cotidiana, es decir no se habla normalmente sobre la tristeza, no hablamos de manera natural sobre nuestros dolores y aquí tenemos una oportunidad de ahondar, de darnos el tiempo, de pensar, de reflexionar, y de coordinarnos…esta situación que son tan humanas, parte de la naturaleza pero que no estamos acostumbrados o acostumbradas abordarlo porque son parte de costumbres o por muchas cuestiones»