Sociedad

El estudio que científicos de Japón y de la UNAM hacen en la brecha sísmica de Guerrero

El estudio que científicos de Japón y de la UNAM hacen en la brecha sísmica de Guerrero
  • Publishedabril 9, 2022

Por Jorge Nava

Para monitorear la brecha sísmica de Guerrero (GG), se instalaron 46 estaciones geodésicas, con siete manómetros de fondo marino (OBP) y dos submarinos con equipos de posicionamiento acústico (GPS-A). Además de la instrumentación Onshore que comprende 32 estaciones sísmicas en tierra y siete sismómetros de fondo marino (OBS).

De acuerdo con información pública de la Universidad de Kyoto, Japón, uno de los principales objetivos técnicos del proyecto SATREPS (Proyecto de Investigación Japonés-Mexicano 2016-2021), es el monitoreo de la brecha sísmica de Guerrero (G-Gap) “como nunca antes se había hecho”.

Señalan que, con la cantidad de datos recopilados, tan cerca de la GG, les permitirá comprender mejor el complejo comportamiento de la zona de subducción mexicana durante cualquier proceso de deformación tectónica.

Un documento titulado Primera detección de temblores superficiales en la brecha sísmica de Guerrero, México, el cual es en coordinación el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, se indica que esta zona no ha tenido ningún terremoto significativo (M>7) desde 1911.

“Sin embargo, los terremotos lentos, tales como eventos de deslizamiento lento, temblores tectónicos y terremotos de baja frecuencia, han estado ocurriendo periódicamente en las secciones buzamiento hacia debajo de la GG, en aproximadamente a 200 km de la fosa y a unos 40 km de profundidad. Incluso cuando estos eventos sísmicos son frecuentes en la región, hasta ahora no hay evidencia de actividad sísmica lenta en la parte somera de la GG que cierra la trinchera”, expone textualmente.

Aunque el texto está en inglés, se tradujo y se detalla que el estudio es para comprender mejor el ciclo sísmico que rige la GG y su conexión con los sismos lentos, pues en noviembre de 2017, se desplegó una serie de sismómetros de fondo oceánico (OBS) en la costa de Guerrero y se recopilaron datos de un año.

También que se utilizó un método de correlación envolvente modificado en busca de temblores tectónicos poco profundos cerca del área.

Citan que se identificaron ráfagas de temblores en racimo cerca de la zona sin ninguna migración a gran escala.

Puntualizan que los brotes de temblor muestran periodos de recurrencia de aproximadamente dos a tres meses.

Se detalla que las señales sísmicas de estos temblores, con una duración entre 10-100 segundos, no muestran llegadas claras tanto de onda P como S; son eficientes en una banda de frecuencias entre 2 y 8 hercios y son deficientes en frecuencias superiores a 10 hercios, atenuándose rápidamente.

Apuntan que se están realizando más análisis para comprender la naturaleza de estos temblores tectónicos y su conexión con la sismicidad, mediante la comparación de otros datos sísmicos y geodésicos, como los medidores de presión del fondo del océano, las mediciones GPS/acústicas y la Batimetría de Alta Resolución, tratando de explicar los temblores y su influencia en el riesgo sísmico asociado a la parte poco profunda de la GG.

Los científicos que participan en el estudio exponen que en el marco del proyecto SATREPS, desarrollaron un nuevo método para invertir datos geodésicos para imágenes de los Eventos de Deslizamiento Lento (SSE) que ocurren en la Brecha de Guerrero.  “El objetivo final sería, que, a partir de estos estudios de acoplamiento, para estimar aún más las tensiones y la fricción propiedades de fallas para la evaluación de riesgos de grandes terremotos”, remarcan.

Algunos de los científicos en el estudio son Raymundo Plata Martínez, Satoshi Ide, Naoto Mizuno, Akiko Toh, Masanao Shinohara, Tomoaki Yamada, Allen L. Husker, Jorge Arturo Real, Víctor M. Cruz Atienza, Yusuke Yamashita, y Yoshihiro Ito.

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