Saldaña vs Walton, el volado del PRD

APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO
Serán los líderes perredistas los que evalúen si van con un Walton con un inmenso rechazo ciudadano, o con Javier Saldaña que tiene todo a su favor para constituirse como la alternativa ciudadana que presenten a los electores. La negociación está en proceso, la moneda en el aire.
Jeremías Marquines
Luis Walton no puede encabezar la candidatura de los partidos progresistas en Guerrero para gobernador. Su figura está deteriorada. No tiene el respeto de los ciudadanos porque no hizo un buen trabajo como alcalde de Acapulco. Sería fácilmente derrotado. Sólo tiene a su favor ser dueño de la franquicia del Partido Movimiento Ciudadano (MC) que regentea con el diputado federal Víctor Jorrín y el local, Mario Ramos del Carmen, que siempre se quedan con las candidaturas más importantes.
Pero además, la franquicia de Walton también está a la baja. No tiene la misma cantidad, ni la calidad de militantes de hace tres años, cuando se hizo alcalde de Acapulco. Tampoco el respaldo que alguna vez tuvo de Andrés Manuel López Obrador. Aunque ahora ese respaldo, de tenerlo, le restaría. Walton pretende sorprender a los líderes perredistas para que lo hagan candidato. Argumenta que sin los 60 mil votos de su partido, el PRD no volvería a ganar la gubernatura. Falso. En las últimas encuestas que tienen los partidos, se muestra que la franquicia de Walton no es competitiva, ahora, ni siquiera en Acapulco donde alguna vez tuvo fuerza. Los simpatizantes del MC son volátiles. Votarían igual por cualquier otro candidato con perfil ciudadano, dicen.
Lo que sí tiene el alcalde con licencia de Acapulco, pero para su mal, es el apoyo de Ángel Aguirre. Le dijo: “yo voy contigo, pero tú apoya a mi muchacho”. El junior, al que llaman Angelito Aguirre, quiere ser alcalde de Acapulco en tiempos de miseria y de dolor. Su padre, está señalado de ser parte de los responsables de la tragedia de Ayotzinapa. Gobernante omiso fue. Quizá vaya a juicio. Eso no le importa al chico, él quiere vivir su sueño de ser alcalde. Su padre ya lo hizo antes diputado local donde no brilló.
Walton, aparte del grupo aguirrista, no tiene más simpatizantes en el PRD. Las otras corrientes fuertes en el estado pelean cada una por su parte. Están todos contra todos. Buscan vender lo más caro posible su declinación. A ninguno de los aspirantes a candidato a gobernador de ese partido, les alcanza, ni moral, ni políticamente.
En la lista perredista de pretendientes, están: el diputado federal Sebastián de la Rosa, miembro de Nueva Izquierda y defensor de José Luis Abarca, ex alcalde criminal de Iguala y su mujer. También le ayudó a escapar. Pidió a Aguirre tiempo para que huyera el ex alcalde, dicen. Ni siquiera le han llamado a declarar por su participación. Ahora como si nada, como si fuera un chiste cruel, se presenta como aspirante a candidato a gobernador. Imagínenselo de candidato, ni siquiera podría hacer campaña. Ahora tampoco puede.
Le sigue, Beatriz Mojica Morga, del mismo grupo de solapadores de criminales. Nueva Izquierda. Beatriz quiere vender la sólo cuestión de que es mujer como una gran virtud. Más allá de eso no tiene ninguna. Fue secretaria de Sedesol estatal con Ángel Aguirre. Es parte de la misma trama. Cómo podría gobernar alguien así. Imposible. Nada creíble puede salir de su ronco pecho.
Sofío Ramírez es senador del PRD. Él asegura que Ángel Aguirre no tiene nada qué ver con el caso Ayotzinapa, que no tiene responsabilidad, dice. El defenestrado gobernador es su amigo, gobernaron juntos. Por eso ahora corren con la misma suerte. Un tiempo fue impulsado por Aguirre como plan para que fuera su sustituto. Él se la creyó. Ahora sigue insistiendo en ser candidato por el PRD. No se da cuenta que eso es imposible dada su vinculación con Ángel Aguirre. Sofío no tiene valor propio, todo él se lo debe a Ángel Aguirre. No tiene virtud ni moral política. ¿Alguien cree que este señor podría hacer campaña por la gubernatura con el conflicto de Ayotzinapa sin resolver? Eso creo.
Sigue Víctor Aguirre, es líder de un grupo perredista, Unidad de Izquierda Guerrerense, se llama. Juega como patiño de Ángel Aguirre. Fue funcionario del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de Guerrero (Copladeg), allí instaló su feudo, aún ahora, con el nuevo gobierno, no quiere soltarlo. Amenaza. Víctor Aguirre tiene malos antecedentes, y amistades que integran la lista de los más buscados por la Siedo. Bebedor, prepotente y escandaloso, así es él pero quiere ser candidato a gobernador. Este tampoco, menos, podría hacer campaña. Todos se esconden. En resumen, ninguno de los mencionados está haciendo precampaña, no pueden ni asomarse en público. Tampoco Luis Walton. ¿Cómo entonces pretende el PRD ganar otra vez la gubernatura?
El PRD tenía como una opción válida al senador Armando Ríos Píter. Iba bien. Tenía buena calificación de la gente pero no el apoyo de las corrientes. Jugó mal. Rompió y traicionó alianzas que tenía. Le creyó a los chuchos de Nueva Izquierda. Pactó con ellos y lo traicionaron. Ellos están coludidos y vendidos con Ángel Aguirre. En Guerrero sólo le apoyaba el Grupo Guerrero del ex senador David Jiménez Rumbo. Grupo fuerte pero muy cuestionado. Moralmente disminuido. Rumbo quedó muy dolido, no supera la traición, se habían hecho compadres. Luego Rumbo perdió el rumbo: salió a declarar inconsistencias; un día da el respaldo a uno, y al otro se lo quita. Veleta loca pues. Según como sople el viento. Ríos Piter se quedó solo por traidor, dicen. Con lo último que le quedaba hizo un pacto más, el que lo llevó a decir que ya no competiría por la candidatura del PRD a gobernador. Dice que los chuchosle obligaban a pactar con Ángel Aguirre. Puede ser cierto, pero eso no es todo. Antes ya lo había hecho. Su plan era venderse como monedita de oro. No funcionó.
El PRD de Guerrero está partido en cuatro pedazos. Una parte la tiene Ángel Aguirre y su patiño Víctor Aguirre, otra David Jiménez Rumbo y sus aliados, otro pedazo más Sebastián de la Rosa, y otro el senador Ríos Piter. Así están las cosas: Aguirre y sus patiños van a apoyar a Luis Walton a cambio del apoyo al junior. Los grupos de Nueva Izquierda, Sebastián de la Rosa y Beatriz Mojica se moverán hacia donde la dirigencia nacional de su corriente les indique, es decir los chuchos. Si les dice que apoyen la propuesta de Aguirre irán con Walton, si no, no. Están en la negociación. Sobre todo quieren impunidad. David Jiménez Rumbo no apoya a Walton, tampoco el Grupo Jaguar de Ríos Piter. Walton lo hostigó y defenestró mucho por medio del periódico El Sur del que es socio. Allí el opinador Tomás Tenorio lo calumnió hasta el hartazgo.
Así pues, los candidatos propios del PRD a gobernador no pueden hacer campaña. Walton tampoco. Tienen mucho rechazo. En caso de haber elecciones perderán. No han entendido bien el nivel de indignación ciudadana contra los políticos. Walton quiere venderse como ciudadano pero es un vil político con partido propio, o franquicia, es igual. Fue un mal gobernante. No hay duda. La gente no lo respeta.
¿Qué le queda al PRD? Más bien que mal, el sol azteca tiene militancia sólida construida y probada durante muchos años. Materia prima pues. La gente, a pesar de los chuchos, aún ve al PRD como la mejor de las peores opciones. El PRI, carga la sal de Peña Nieto. Las reformas dañinas, y los escándalos de corrupción de las casas millonarias. La sombra de los desaparecidos le acompaña. El PAN es una triste entelequia en Guerrero. Un escombral que el diputado local Jorge Camacho Peñaloza ambiciona. Quiere ser candidato a gobernador. Camacho quiere hacer una candidatura con pura saliva e injuria. Protege al secretario de Desarrollo Económico, Enrique Castro Soto. Golpetea al gobernador cuando siente sus intereses amenazados. Corrupto pues. Castro Soto usa la institución para hacer proselitismo. No tiene nivel de competencia. Los demás partidos son rémoras: PT, Partido Verde, Morena, etc., viven pegados a la panza de los más grandes. Chiquillada, pues.
Para competir por el voto ciudadano, al PRD sólo le queda jugar con la opción más neutra posible. Nadie venido de las filas de sus cuestionadas y corrompidas corrientes políticas tiene la calidad moral para hablarles a los ciudadanos. Nadie les va a creer. Ni siquiera pueden hacer campaña. Como alternativa, el sol azteca tiene que buscar una figura con la suficiente capacidad política para cohesionar, y con el perfil más ciudadanizado posible. No nos engañemos, ningún ciudadano puro puede competir por el cargo de gobernador sin pasar por el tamiz de los partidos y los acuerdos. Una figura que aparte de tener perfil civil, le aporte votos al PRD para subsanar los que el berrinche y el capricho de Walton le quiten cuando no sea denominado candidato y se vaya a competir por la libre, como lo ha hecho en otras ocasiones cuando las alianzas no son alrededor de su figura.
Por esto, en las actuales condiciones, no están mal los que desde la academia han venido empujando la figura del rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán como posible candidato de los partidos progresistas de Guerrero. Pese a todo lo cuestionable de su figura y de su actuación, pues obligadamente tendrá que despojarse de la prepotencia y el despliegue de poder que lo acompaña, si quiere pasar como verdadero ciudadano, Saldaña es la carta menos peor con la que puede jugar el PRD.
Aunque no es del todo un ciudadano puro, Javier Saldaña no carga el estigma de los partidos. Tampoco carga con él la sombra de la tragedia de Ayotzinapa, pues como es hombre de academia nada tuvo que ver con estos hechos. Por lo contrario, desde la UAGro ha aportado acompañamiento y ha emitido propuestas encaminadas a la resolución del conflicto. Con un poco de trabajo no es difícil que el rector pueda elevarse, en corto tiempo, como una figura moral y política que concite y cohesione el voto ciudadano. Hasta ahora es lo mejor de lo peor. Al menos, si no tiene un gran puntaje en las encuestas, tampoco tiene el rechazo que lucen con orgullo los demás contendientes.
En términos prácticos, Javier Saldaña puede ser la figura que aglutine a otros partidos, pues cuenta con capacidad de negociación y apoyos de diversos grupos. En el PRD, el grupo del ex senador David Jiménez Rumbo ya le expresó su respaldo y el grupo del senador Ríos Píter podría hacer lo mismo, pues es mejor que respaldar a Walton que es propuesta de Aguirre. Además, la reserva de votos que hay en la UAGro, más de 80 mil, se movería sin ningún problema a su favor, lo que compensaría la virtual pérdida de electores con los que intenta chantajear el cuestionado alcalde con licencia de Acapulco.
Finalmente serán los líderes perredistas los que evalúen si van con un Walton con un inmenso rechazo ciudadano, o con Javier Saldaña que tiene todo a su favor para constituirse como la alternativa ciudadana que presenten a los electores. La negociación está en proceso, la moneda en el aire.