facebook Política Sociales

  • Publishedoctubre 24, 2015

• El trienio estuvo marcado por los desastres dejados por marejadas, sismos y Manuel-Ingrid

Ávila despide su gobierno en medio del huracán Marty

OSSIEL PACHECO

Es la media noche del martes 29 de septiembre. Su periodo, que culminó a las 00:00 del día 30, como alcalde estuvo marcado por el paso de los fenómenos naturales, el más notable fue la tormenta Manuel, el 15 de septiembre de 2013, que cambió la faz del municipio desde la planicie costera hasta la sierra. No obstante, Ramiro Ávila Morales se despidió del gobierno, y salió por la puerta grande, dejando un municipio laborando con números negros, y en estabilidad, pero sobre todo, logró dejar sucesor en la alcaldía, la que ganó hace tres años, tras su tercer intento de hacerse del gobierno.

En el auditorio del palacio municipal están reunidos desde las 23 horas la clase política priísta, la misma que ganó el gobierno hace tres años con Ávila Morales de candidato, y que logró hacerse de la sucesión en 2015 con Javier Escobar Parra, un novel político, que recién apareció en la escena política municipal irrumpiendo como flamante secretario de administración y finanzas municipal, compadre y hombre de todas las confianzas del primer edil, quien le pavimentó el camino a la alcaldía, esa que asumió en el primer segundo del miércoles 30.

Un fuerte abrazo y apretón de manos, entre Ramiro Ávila y Javier Escobar sellaron el fin de un trienio; el inicio de otro, donde todo apunta habrá continuidad al gobierno de Ávila, pero con la premisa de que el segundo imprimirá al gobierno su sello personal. Los hombres y mujeres de más confianza de ambos atestiguaron lo que el primero calificó como “una transición de terciopelo”. También presencian la escena, los ediles salientes y entrantes, Ávila le entrega a Escobar las llaves de la camioneta que usó durante su administración.

“Para que vean que no me llevó ni un click del ayuntamiento”, dice Ávila a este reportero que capta la escena sonriente de ambos, del ahora ex alcalde que espera ser llamado por el gobernador electo, Héctor Astudillo Flores a ocupar un cargo en su gabinete; tras ello, el ex edil sale del palacio municipal acompañado de su esposa, Gloria Gómez Ortiz y sus hijos. Se va acompañado de sus escoltas que lo llevan a su domicilio. Escobar sale a despedirlo.

Tras retirarse el ex alcalde, se abre la primera sesión del nuevo Cabildo para dar paso a la ratificación de los primeros nombramientos por parte del cuerpo edilicio que da su voto de confianza a Escobar para oficializar a la novel política Glenda Díaz Flores, como flamante secretaria general del ayuntamiento, y que marca el empoderamiento de las mujeres del municipio en esta nueva era marcada por la equidad de género. El mensaje es alentador, la ex regidora goza de sobradas prendas para destacar en la función pública.

Tenía años, desde el efímero periodo del presidente Alvaro Godoy que una mujer no ocupaba tal distinción con la licenciada Silvia Malpica. Sirva el comentario para aclarar la nota publicada en la edición anterior donde se daba por hecho que Díaz Flores, sería la primera mujer en ocupar tal cargo dentro del municipio.

En la misma sesión que se prolonga hasta las tres de la madrugada y contando las horas para el acto masivo de toma de protesta preparado para su realización en el auditorio municipal Ethel Diego Guzmán programado para dar inicio a las 10 horas, los ediles aprueban la ratificación del secretario de Seguridad Pública municipal, Irineo Peñaloza Marín, y del nuevo director de Protección Civil, Víctor Manuel Heredia de los Santos, ex director de salud, quien asume en plena situación de emergencia por la presencia del huracán Marty. A su antecesor, el doctor José Luis Serna no se le ve por ningún lado.

Antes de formalizarse la entrega del ayuntamiento; los invitados a presenciar el acto a la media noche disfrutan de los antojitos mexicanos: tostadas, tacos y quesadillas, estilo Tixtla que se preparan en el palacio municipal, en el pasillo afuera del auditorio Ignacio Manuel Altamirano. Son los últimos segundos del mandado de Ávila, de estilo austero, se ofrece agua embotellada, de horchata y café para los invitados que degustan de los bocadillos.

Afuera, cunde la tempestad. Fuertes lluvias traídas por el paso del huracán Marty caen sobre el municipio. Desde el sábado 26, las torrenciales lluvias no cesan. El sol se esconde durante largos cuatro días. Así termina el trienio de Ávila, que quedará marcado en la historia municipal, por el paso de la tormenta Manuel, que provocó inundaciones y daños jamás registrados dentro del municipio.

El meteoro llegado a días de cumplirse el primer año del gobierno de Ávila colapsó el puente del río Coyuca que tenía 60 años, los restaurantes de la rivera, destruyó viviendas, escuelas, carreteras, caminos y sembradíos dejando una estela de miles de damnificados en la cabecera municipal y comunidades de la parte baja que fueron inundadas por la creciente del río que desbordó. Las lagunas Coyuca y Mitla quedaron azolvadas y en las serranías todavía se pueden apreciar las huellas de las torrenciales lluvias.

El resto del trienio estuvo marcado por la reconstrucción de los daños de Manuel, cuyas obras, algunas no se concluyen; en ese inter, las fuertes marejadas provocadas por el fenómeno Mar de Fondo golpeó La Barra de Coyuca y devastaron Playa Azul, ambas siguen a la espera de la ayuda oficial que no llega, pese a la declaratoria de zona de desastre. Las actividades siguen sin normalizarse del todo en ambos balnearios del municipio. El fenómeno se presentó con mayor fuerza el 3 de mayo pasado, aunque también pegó con fuerza en abril de 2014.

En paralelo a las marejadas suscitadas en abril de 2014, el viernes 18 de ese mes en plena semana santa se suscitó el sismo de 7.2 grados escala de Richter dejando 478 viviendas dañadas en el municipio y mil 912 afectados, de acuerdo al recuento de los daños levantado por Protección Civil y que motivó una nueva declaratoria de zona de desastres que incluyó a Coyuca de Benítez. Casas habitación tanto de la sierra como de la parte baja sufrieron daños. El sismo desencadenó una serie de réplicas al grado que el 8 de mayo, -20 días después- acusó un nuevo temblor de 6.7 grados Richter, lo que provocó pánico entre los habitantes de la Costa Grande.

A un mes y cinco días del paso de Manuel, la llegada del huracán Raymond encendió nuevamente la alerta en Coyuca de Benítez y resurgió la crisis al avivarse las horas de incertidumbre, zozobra y la emergencia que se vivía; el meteoro provocó una nueva declaratoria de zona de desastre que incluyó la puerta verde de la costa grande.

Loading

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *