Zuckermann, la pobre víctima de buying
Zuckermann, la pobre víctima de buying
05ViernesSEP 2014
Zuckermann que primero ninguneó y ofendió a los que no tienen dinero para comprar libros: “no leen porque son pobres”, ahora se queja de buying en las redes sociales.
Jeremías Marquines
El cinismo de Leo Zuckermann en su respuesta a los cuestionamientos que recibió por sus distractores artículos en los que propone la desaparición del subsidio a las instituciones del Estado que publican libros, insulta la inteligencia de sus lectores y la de él mismo. Para concluir, pretende tirarse al suelo, acusando ser víctima de buying en las redes sociales, intolerancia, groserías y antisemitismo, expresado en las mismas redes y “la maravilla de internet” que en artículos anteriores exaltó como los medios idóneos para publicar.
Zukermann que primero ninguneó y ofendió a los que no tienen dinero para comprar libros: “no leen porque son pobres”, ahora se queja de que recibió una “avalancha de groserías y ocurrencias”, pero creyendo en verdad que es una víctima y no victimario, dice con aire de prócer de la patria, que eso es “uno de los precios que pagamos los que opinamos en los medios y que tenemos que tolerar si de verdad creemos en la libertad de expresión. Ni modo…”.
Quien en un principio expresó su intolerancia porque el Fondo de Cultura Económica FCE), recibe subsidio del Estado para la publicación de libros, ahora con absoluto cinismo atiborra un párrafo para denunciar la intolerancia de la gente que con razón y sentido nacionalista, cosa que alguien como él no tiene, salió en defensa del FCE. Personas de las que además, en su última respuesta, se burla: “Me llama la atención la intolerancia de mucha gente por el simple hecho de haberme atrevido a pensar diferente. Al parecer, muchos están de acuerdo con la pluralidad siempre y cuando no se toquen temas que consideran sagrados. Veo que el FCE es una especie de Dios para muchos. El que ose desafiar su existencia, o para ser más correctos, el subsidio que recibe del Estado, tiene que ser quemado en leña verde. Qué horror: hay en México un Tribunal de la Santa Inquisición de lo Políticamente Correcto”.
A Zuckermann nadie le cuestionó por pensar diferente, eso es falso, se le cuestionaron sus argumentos oprobiosos que usó para justificar su embestida contra una de las instituciones generadoras de cultura del país, y su visión clasista y ofensiva de la lectura. Sin embargo, ahora quiere que le traten como señoritingo de la opinión, como gentleman de la razón pura, pero sus últimas palabras también destilan intolerancia absoluta. Lo que debió ser una discusión sobre la actuación impropia del director del Fondo, José Carreño Carlón, que utilizó la institución para organizar un programa de telerrealidad (reality show) a Peña Nieto, Zuckermann lo sesgó para dirigir la opinión pública hacia su propia persona y proteger de la crítica al susodicho personaje y a Peña Nieto. Aún así, se queja de intolerancia. Ciertamente, y es reprobable que algunas expresiones en su contra se hayan excedido por su carga de antisemitismo, eso sí es intolerable, pero por lo demás, simplemente cosechó lo que su opinión sembró. No vale la pena seguir con esto.
PRD, domingo siete
Vámonos a otro asunto. El próximo domingo siete, los chivos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) romperán los pocos cristales que aún le quedan a la empañada vitrina de ese partido. Ese día se realizarán votaciones para elegir consejeros y delegados nacionales, estatales y municipales. La elección costará 100 millones de pesos que el PRD, dice, pagará de sus prerrogativas.
Al menos en tres de los cuatro estados con gobernadores que llegaron al cargo arropados por las siglas de ese instituto político: Guerrero, Morelos, Distrito Federal y Tabasco se prevé que las elecciones resulten en un enorme catálogo de trampas. Tan sólo en Guerrero, el gobernador Ángel Aguirre encabeza la lista de los mandatarios empecinados en perpetuarse en el cargo vía apropiarse de los principales cargos de elección popular que se disputarán en el 2015. Obsesionado como está, fundó, financiado con recursos públicos: dinero, concesiones de transporte, categorizaciones laborales, despensas, y promesas de cargos públicos, una organización política llamada Izquierda Progresista, afiliada al Movimiento Progresista de Marcelo Ebrard, de quien se dice, ha sido socio y aliado en los negocios que Ángel Aguirre ha hecho desde el gobierno de Guerrero.
Desde esta plataforma constituida mayoritariamente por funcionarios y trabajadores del gobierno, así como por la inclusión de los beneficiarios de los servicios y programas sociales que presta el gobierno desde el DIF, a cargo de la esposa del gobernador, y la Secretaría de Desarrollo Social, la Izquierda Progresista del gobernador Aguirre se perfila como el grupo que por su desproporcionado uso de los recursos públicos generará las mayor cantidad de problemas poselectorales para ese partido. Incluso ya existen quejas formales ante las instancias partidarias de lo que se cree será una verdadera batalla campal de acarreos, compra de votos y reparto de dádivas de último momento, pues el gobernador Aguirre se juega el futuro de su pequeño niño, el diputado local, Angelito Aguirre, a quien le prometió de regalo la alcaldía de Acapulco. De paso, busca influir también en la designación de su sucesor, pues teme que resulte un candidato adverso a sus intereses como lo puede ser el senador Armando Ríos Piter, y sea sometido a investigación por el uso faccioso y patrimonialista de los recursos públicos, de lo que ha sido señalado.
Cierto o no, este fin de semana se verá si el PRD sale fortalecido de su elección interna, o sale con su domingo siete, lo que abriría una brecha al PRI que busca por todos los medios posibles fragmentar la unidad de ese partido con el fin de recuperar el gobierno estatal en la elección del 2015. El PRI espera que ese partido proponga como candidato a gobernador al inepto alcalde de Acapulco, Luis Walton, el personaje más fácil de vencer en una elección, pues su paso por la alcaldía de Acapulco ha sido lamentable. De ahí el inusitado interés que ha mostrado en la elección interna perredista. La película está corriendo, el domingo veremos si esta elección interna resulta en drama, tragedia o comedia de enredos.