Zapata 21
Octavio Augusto Navarrete Gorjón
I
Florencio Salazar Adame perdió el control y se lanzó con todo contra el presidente municipal acapulqueño y su partido. El origen de la descompostura fue el asesinato de Ambrosio Soto Duarte, alcalde de Pungarabato, al que inmolaron después de que había denunciado amenazas del crimen organizado en su contra, que le exigía el diez por ciento de los recursos del ramo 33.
El secretario general de gobierno dice que el clima de violencia que vive la entidad se gestó en los gobiernos perredistas y a Evodio Velázquez le recuerda que en Acapulco continúa la ola criminal. Acusa una grave desmemoria don Florencio, la violencia y la impunidad han estado presentes en Guerrero desde tiempo inmemorial; siempre han sido herramientas que utiliza el poder para reprimir a una parte de la sociedad. De vez en cuando los de abajo han respondido también con violencia, ello ha desatado agresiones de mayor envergadura de los poderosos.
La violencia contra los movimientos populares derivó en la década de los 70’ en brotes guerrilleros que fueron combatidos con una ferocidad mayor a la que previamente había. En aquellos tiempos el único partido en México era el PRI, también cuando la matanza de copreros en Acapulco, de ciudadanos en Chilpancingo e Iguala y de padres de familia en Atoyac. En Guerrero se configuró desde entonces un escenario político que tiene en la violencia y la impunidad sus ingredientes principales.
II
Lo que en realidad desesperó a Florencio Salazar es el hecho de que los viejos métodos con los que se negociaba en el pasado hoy no sirven para nada. Mientras el político guerrerense sirvió al gobierno del presidente Vicente Fox en el cuerpo diplomático muchas cosas ocurrían en México y en Guerrero que cuestionaban sus prendas como negociador inflexible y como místico de la ley. Las negociaciones en que brilló la capacidad de Salazar Adame como mediador fueron aquellas en donde un partido único reprimía a otros sectores para luego dialogar con ellos, hacerles pequeñas concesiones y regresarlos a punta de toletes al imperio de la ley.
En aquellos tiempos la prensa independiente era apenas un embrión en Guerrero, no existían las redes sociales y el partido único acaparaba todos los órdenes de gobierno. Esa realidad cambió drásticamente mientras don Florencio estuvo en su retiro diplomático colombiano. Hoy tenemos gobiernos plurales, ningún partido tiene todo el poder, la prensa crítica está ya en todas partes y se han abierto grandes avenidas a la libertad de expresión. Eso a nivel de superestructura, en la base social tenemos importantes y vigorosos movimientos que han aprendido que sólo con la movilización se pueden arrancar concesiones a los señores del poder.
III
Hace tres meses, después de las movilizaciones de campesinos y choferes de la sierra contra el gobierno de Astudillo para arrancarle algunas concesiones, el secretario general de gobierno declaró que no era cierto que no se les hubiera atendido, “tuvimos unas cuarenta reuniones con ellos antes de que estallara el conflicto”. Un alto funcionario priísta me dijo esa vez: “Florencio ha perdido reflejos, no se da cuenta que una declaración como esa es un claro signo de ineptitud; si dialogó con ellos tantas veces debió haber abortado las movilizaciones”. No son los reflejos de Florencio los que están lentos, es la realidad que se ha transformado; la gente ya no quiere sólo paliativos y palabrería, quiere soluciones.
La sociedad tuvo que llegar al crimen de Ambrosio Soto Duarte para darse cuenta que los cuestionamientos al gobierno de Evodio Velázquez tenían un sentido: lograr la unanimidad en la que las cosas pasan como quieren los poderosos que ocurran. El presidente acapulqueño fue sometido a fuertes presiones desde el poder; hoy que protesta por el crimen de un correligionario que a su vez era presidente de uno de los municipios más importantes del estado se lanzan contra él toda clase de invectivas. ¿Qué querían? ¿Que regresara a ver a otro lado mientras se consumaba un hecho que es la antítesis de la política?
No fue Evodio Velázquez el que pidió la renuncia de Florencio Salazar, fueron varios líderes perredistas, encabezados por Celestino Cesáreo. El munícipe acapulqueño sabe perfectamente que como gobernante NO PUEDE HACER ESE TIPO DE DECLARACIONES CONTRA OTRO ORDEN DE GOBIERNO. Pero desde el poder al único que vieron fue a Velázquez Aguirre, el motivo recurrente de sus angustias y desvelos.
IV
Incluso el gobernador Héctor Astudillo cometió varios dislates al declarar sobre el lamentable acontecimiento. El conductor José Cárdenas le preguntó dos veces: “¿Está usted acusando a la víctima como responsable de su propio crimen?”. El gobernador se estaba desmarcando del tema de seguridad y mandó a Roberto Álvarez Heredia a dar la cara por esta clase de acontecimientos. Sin embargo la investidura del victimado y los ecos que tenía en los medios nacionales hizo que el gobernador volviera a salir a la palestra.
Con el crimen de Ambrosio Soto se trató de seguir el mismo formato de todos los casos: el culpable debe ser la víctima. El método fue inaugurado por el procurador Xavier Olea, que invirtió el apotegma. Sin embargo, si Soto Duarte no podía ser acusado de pertenecer al crimen organizado ni de tener pactos con los criminales, entonces era culpable por estar “en zona inconvenientes y en lugares inadecuados”. El silogismo antijurídico inventado por el procurador Olea Peláez requiere de cualquier forma que la víctima sea culpable, de esa manera puede obviarse la investigación y la impunidad cubre al hecho delictivo desde el momento en que se produce.
V
Ya es tarde, Evodio Velázquez atravesó su Rubikón y las amenazas que sobre él se hacían se han venido diluyendo con el paso del tiempo. Sus impugnadores principales hoy tienen muchos muertos por los que deben dar la cara. Sin embargo en la mente de todos ellos quedó grabado a fuego la memoria del presidente incómodo, por eso hoy reaccionan contra él en lances verdaderamente absurdos; sólo falta que lo acusen del crimen del perredista Ambrosio Soto Duarte.
Hay que esperar que se serenen los ánimos, Miguel Ángel Osorio Chong declaró a raíz del crimen del presidente municipal que “es un hecho intolerable” (¿Habrá hechos delictivos ‘tolerables’?). Prometió también la captura pronta de los asesinos y la PGR atrajo ya el caso como un delito del orden federal. Esperemos resultados de una investigación cuya solución es indispensable para la salud política del estado.
CORREO CHUAN
Capturaron a “El Ruso” y con él fue detenida Ximena Bernal Vargas, lideresa de una agrupación de jóvenes priístas. La hija del gran amigo Jesús Bernal ya está libre, demostró que su presencia en el lugar era verdaderamente accidental. El correo chuan dice que son inútiles los esfuerzos por descarrilar el gobierno de Evodio Velázquez Aguirre. Poco a poco el presidente ha trocado su actitud ecuánime de los primeros meses de su gobierno en tomas de posición francas a favor de aquellos temas delicados no sólo del municipio sino del estado. En el caso del crimen de Ambrosio Soto Duarte no podía quedarse callado; era presidente como él, perredista como él y como él también había denunciado los amagos del crimen organizado. Se hubiera visto muy mal el presidente acapulqueño si no asume el protagonismo que tuvo. La vigorosa actitud del presidente se refleja en uno de sus mensajes de twitter: ‘La delincuencia no tiene horarios’. Con ello toma distancia de un gobierno estatal que dice lamentar el crimen, pero en el velorio del presidente no hubo ningún representante del gobierno estatal. Velázquez Aguirre estuvo puntual en las honras fúnebres y dijo a los medios lo que debía decir. Hechos son amores. Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.
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