Alameda o tianguis
Manuel Serrano Solís
En el número 92 de la revista Costa Brava, de fecha 27 de enero del año en curso se publicaron opiniones de 14 personas residentes en la Cabecera municipal, de diferentes ocupaciones. Una pequeña encuesta de sólo catorce habitantes. El número de encuestados puede parecer mínimo, dada la gran diversidad y cantidad de habitantes de la Cabecera municipal. Sin embargo, es una magnifica iniciativa de la revista. En ella se aprecia que las opiniones sobre el futuro del terreno del ex mercado Morelos son diversas; varias opinan que una “alameda” con ventas de artesanías y productos de la región sería una buena opción; otras opinan por un centro de cómputo, y en fin sólo dos o tres se inclinan por un edificio o torre de servicios, el cual incluya una politerminal del transporte público tanto local como foráneo (estrella de oro y estrella blanca), y que agrupe las diferentes dependencias gubernamentales, tanto municipales, estatales y federales.
Recuerdo que hace un par de meses aproximadamente, en una reunión de Amigos Coyuquenses a la que fui invitado, y con la presencia del presidente municipal Javier Escobar Parra, expuse esta misma opinión personal sobre la conveniencia y utilidad de la última opción presentada por la Sra. Anilú Manrique y René Jiménez Espíritu.
Considero que esta opción, la de una especie de torre de servicios, seria ventajosa, ya que concentraría en un solo lugar todas la oficinas o dependencias del Ayuntamiento y otras de índole estatal y federal, lo cual se traduciría en un ahorro sustancial de dinero, al no pagar tantas rentas por alquiler de casas o locales; de esta manera, los trámites para las personas o contribuyentes serían en un sólo lugar. Abundando en este análisis, todo el transporte público, taxis y combis, locales, podrían alojarse en un sótano o basamento, teniendo una sola entrada y diversas salidas a los distintos destinos locales o colonias, con su respectiva sala de espera y andén para la siguiente corrida. Esto, aliviaría el tremendo congestionamiento de vehículos y la completa invasión de las calles del Centro, y al lado del río, y de casi todo Coyuca que provoca la enorme cantidad de unidades del transporte público, que no tiene un lugar dónde guardarlas en espera de salir a su ruta.
Al mismo tiempo se le podría construir una especie de andén sobre la calle principal sin invadirla, para que allí hagan su parada transitoria, de paso, las corridas de autobuses rumbo a la Costa Grande.
Con una buena participación de arquitectos locales incluso se podría convocar a un concurso para presentar propuestas arquitectónicas modernas, que incluyan, el basamento, un primer nivel de oficinas, un segundo nivel destinado a biblioteca, internet y wi fi gratis y centro de computación, más un auditorio bien acondicionado con butacas, y aire acondicionado para obras de teatro, conferencias, incluso funciones y ciclos de cine de calidad, concursos de baile folklórico, audiciones de orquestas o la filarmónica de Acapulco.
No debemos olvidar que alameda significa lugar de álamos, y en nuestro clima tropical no se “dan” los álamos. Considerar también que en un parque, los primeros que lo invaden son los vendedores de fritangas y antojitos y lo convierten en una especie de mercadito o comedero público o hasta en un tianguis, y en esto se puede convertir la “alameda” que algunos desean, sólo vean en lo que está convertido el jardín-zócalo de Acapulco, en una especie de mercado, tianguis, lleno de fritangueros, eloteros, y demás fauna de vendedores. El jardín de San Jerónimo y el de Tecpan no tienen vendedores, estos están en los alrededores en sus locales, pero no en el jardín. Igual, ocurre en el jardín de Iguala, el de san Cristóbal de las Casas o el de Palenque, en Chiapas, donde las autoridades no permiten que se planten vendedores ambulantes, sino que los dignifican.
En Coyuca ya tenemos un jardín, que ha sido remodelado varias veces y no se evita la presencia de vendedores. Hace muchos, muchos años, el jardín de mi infancia y juventud, era un lugar tradicionalmente frecuentado por niños, jóvenes y adultos, y era una tradición también la serenata dominical vespertina, con orquesta en vivo, nada más y nada menos que la orquesta de los Hermanos Chino, la mejor del estado de Guerrero.
Actualmente y triste es decirlo, este espacio está desaprovechado y no debería ser así. Por qué no revivirlo y organizar eventos musicales, de poesía, teatro, de baile, etc. etc., pero hacerlo con regularidad y periodicidad, no de ocurrencias temporales o con fines electoreros.
Finalmente, digo, si ya tenemos un jardín que se supone es de esparcimiento, y que no se le reactiva, por qué hacer otro jardín o parque “urbano” o “alameda”, que al final se convertirá en tianguis. Espero que las autoridades no se apresuren y le den voz a la ciudadanía, y se haga en ese predio lo que más convenga para bien de nuestra ciudad.