Ejidatarios de Coyuca gestionan entrega de Aceitera al Ejido

▪ En el predio de 4 hectáreas instalarán refinería de biodiesel de coco

Se reúnen con Castro Soto, quien ofrece abrir las instalaciones, pero incumple
OSSIEL PACHECO
Tras seis largos años de gestiones y vueltas, ejidatarios de Coyuca de Benítez finalmente recibieron el compromiso verbal del secretario de Desarrollo Económico del gobierno estatal, Enrique Castro Soto de signar el convenio que transfiere las 4 hectáreas donde se ubica agroindustrias del sur, mejor conocida como La Aceitera, pasaran a ser parte nuevamente del Ejido, que planea ocupar el predio en la instalación de una refinería para la producción de biodiessel, uno de los productos alternativos a la copra.
No obstante, como parte de los acuerdos, alcanzados el pasado jueves 28 de noviembre en las oficinas de la Torre Latino, donde despacha Castro Soto fue que los ejidatarios podrían acceder a partir del lunes 1 de diciembre a las instalaciones de la Aceitera sin que esto se concretara, y generó la molestia por parte de este sector por la falta de seriedad en el cumplimiento de los acuerdos por parte de la Sedeco, que argumentó razones de logística para abrir el ingreso de los ejidatarios al inmueble que está en el abandono desde hace unos 20 años.
Ese día, alrededor de las 11 horas un grupo de 26 ejidatarios llegó a la entrada de la Aceitera, pero ni los veladores estuvieron ahí, pese a que esperaron durante dos horas; “no hay voluntad para dar solución a los problemas del campo”, se queja molesto el comisario ejidal Rafael Soberanis Navarrete, quien desconfía que el funcionario estatal cumpla los acuerdos pactados, y advierte que no quieren ser un problema más en el estado, “donde hay ya tantos problemas, pero no dejan de otra ante la falta de solución”. Dejo entrever que los ejidatarios se movilizarían para tomar por la fuerza las instalaciones de la aceitera.
Castro Soto recibió este jueves 28 a una comisión de ejidatarios de Coyuca de Benítez que integran Soberanis Navarrete; el regidor panista, Rafael Soberanis Soberanis, el ex alcalde tecpaneco, Rafael Armenta Ortíz; Luis Torres Martínez, de la Procuraduría Agraria en Guerrero; Iván de los Santos, secretario; Raúl Pineda Rosales; el ex comisario ejidal, Homero Popoca Balanzar; Sonia García; José Antonio Villavera de los Santos; y Natividad Cárdenas Guerrero, tesorero; en sus oficinas en el puerto.
Durante el encuentro, insistió en mantener para el gobierno del estado la propiedad del predio de agroindustrias a efecto de que puedan propiciar un desarrollo industrial similar al implementado en Valle del Ocotito; sin embargo, los ejidatarios mantuvieron su posición de recibir el predio toda vez que el Registro Agrario Nacional emitió la constancia el 14 de enero de 2013, donde se señala que la parcela 592, se encuentra registrada a favor del ejido de Coyuca con una superficie de poco más de 4 hectáreas.
El ejido fue dotado mediante resolución presidencial el 3 de junio de 1936, como consta en el Diario Oficial de la Federación del 1 de julio de ese mismo año, y ejecutado el 11 de mayo de 1943, beneficiando originalmente a 332 ejidatarios con una superficie de 2 mil 668 hectáreas. Además de que la superficie fue regularizada a través del Programa Procede, por medio de una asamblea de formalidades especiales en una asamblea realizada el 4 de junio de 1995, misma que fue inscrita en el Registro Agrario Nacional el 8 de julio de ese año.
Para salir adelante con la reunión, Castro reconoció que el predio pertenece al ejido de Coyuca y expresó el compromiso se ajustar el convenio, una vez que la redacción tentativa del documento establecía que parcialmente sería entregado al ejido, y no en su totalidad; los ejidatarios plantearon recibir toda la superficie, pero el caso tendría que ser revisado por la secretaría general de Gobierno antes de ser firmado. La Sedeco ha dilatado la entrega física del predio.
Soberanis Navarrete recordó que hace año y medio se dio el acercamiento con Castro Soto para gestionar la restitución del predio, como parte de un proceso iniciado por su antecesor Popoca, y explicó que la idea de obtener ese predio ya en desuso desde hace unos 20 años por agroindustrias del sur es el crear un parque industrial, similar al de El Ocotito en Chilpancingo, construir una casa ejidal que sirva para albergar a campesinos en tránsito e implementar el proyecto de producción de biodissel. También, precisó que buscan establecer centros de acopio para que grandes empresas, como la Jumex o la Boing que requieren materia prima de la región puedan adquirirlas.
La superficie ejidal se prestó de manera verbal por un periodo de tres años sin documento alguno siendo gobernador Raymundo Abarca Alarcón de 1967 a 1969 para la instalación de una fábrica de aceite con base en la producción de copra, pero desde hace 20 años dejo de funcionar y han ido desmantelando las instalaciones, que un tiempo fungió como centro de acopio de la copra, misma que era trasladada a la fábrica de San Jerónimo para procesarlo en aceite de coco.
Hace cinco meses en otra reunión que se sostuvo con Castro Soto se acordó que todo el equipo de la aceitera sería vendido y lo recabado se aplicaría para rehabilitar las antiguas bodegas; los 150 mil pesos obtenidos, según dio a conocer el propio secretario en la reunión ingresó a las arcas del gobierno estatal y no existe certidumbre sobre su aplicación para este fin.
Armenta en la reunión con Castro Soto argumentó que buscan utilizar el predio para implementar el proyecto de Biodiessel creado por el químico José Ángel Miranda Piza que servirá para estabilizar el precio del coco y provocará que la iniciativa privada voltee a ver sus ojos a la Costa Grande, y se puedan generar fuentes de empleo; “en estos momentos se necesitan estas iniciativas que contribuyan a generar la paz, la concordia y la pacificación del estado”, expresó.
El funcionario estatal ofreció entregar el predio a los ejidatarios, incluso a abrir el acceso a las instalaciones de la Aceitera a partir del lunes, pero esto no se cumplió; no obstante, intentó vanamente de convencer a los ejidatarios de mantener el predio para el estado a efecto de generar con más facilidad la llegada de inversiones. La posición del Ejido fue de recibir el terreno.